¡Buenos días, amantes del café! Hoy hablamos del fascinante viaje del café desde su origen hasta llegar a nuestras tazas. 

El café proviene del cafeto, un arbusto que produce las preciadas cerezas. Cada cereza contiene generalmente dos granos de café, aunque puede haber excepciones. La anatomía de la cereza, desde la piel exterior hasta el embrión interno, juega un papel crucial en la calidad y sabor del café que producimos.

Desde la floración hasta la madurez, pasan entre 6 y 8 meses para que las cerezas estén listas para la cosecha. Se recolectan a mano en un meticuloso proceso de selección, garantizando la calidad y madurez óptimas de cada fruto. Los métodos más conocidos son el picking, stripping o la recolección mecánica.

Una vez recolectadas, las cerezas pasan por diferentes tratamientos para convertirse en café verde. Ya sea mediante el proceso natural, el honey o el lavado, cada método influye en los sabores y matices del café final. Desde la fermentación controlada hasta el lavado meticuloso, cada paso es crucial para preservar la calidad y el carácter único de cada grano.

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